Estaba cambiándome de casa en San Miguel. A. no estaba. El tipo de abajo era todo peludo y estaba también mudándose (Sylvia Fraser's breadman). Me empezaba a molestar pero yo le decía que no lo hiciera y casi le pegaba. Luego se empezó a meter con mis cosas. Abrió una carta que venía en un sobre de banco pero que no era como al principio creí de L. y su tarjeta sino de mi papá.
En la casa llegaba A. Había dos tinas y nos metíamos a bañar.
Corte a casa de alguien de la familia de M., celebrando Navidad, con sus primos los más chicos y J. Terminaba y regresábamos a casa quejándonos de eso y decían M. y C. que siempre era muy "primo". Al día siguiente ellas se iban en avión a algún lado, teníamos que abrir los regalos de Navidad pronto. de la fiesta sobró leche y jugo y no encontraba su refri hasta que me daba cuenta de que era uno gigantesco; metía las cosas. P. era como un niño. Luego me sentaba con M. en su jardín y le preguntaba sobre la India. no me respondía mucho, me decía que se habían ido de un lado a otro y ella solo comió queso oaxaqueño. Detrás del cristal estaba Y. que había venido porque no quedaba otro remedio. Yo decía pues que se vaya a dormir.
En el jardín se juntaron cientos de patos rojos que después de una danza ritual que miramos asombradas, se formaron como pájaros, se quedaron suspendidos en el aire y salieron volando, sguidos por otros que no podían volar (que no eran pájaros sino perros). M. sugería que les pusiéramos una hamaca para que creyeran que había un humano y así avisaran si los otros perros feroces los atacaban.
Corte a escenario de teatro. Examen final de M. Me quitaba los lentes en uno como camerino y se hacía cada vez más tarde y no acababan. Continuamente se oía la voz de LT o C diciendo que era muy tarde. Al fin decidieron que una voz narraría la historia y los actores la trazarían. Platiqué con Mi. un rato y me cargó muy alto, casi nos paramos en el escenario pero su maestro J. nos hizo señas de regresar.
En eso llegó P. y me dijo que había sido él el que fue a la fiesta y consiguió mi dirección. Cuando le dije que no se metiera con mis amigos solo dijo: Ah, ahí está M. Entre los dos no me dejaban espacio para respirar, les dije que eso era un teatro, que platicaríamos después. Se salieron. Traté de hacer que Mi. aceptara cómo me acorralaban. M. ya salía con su maquillaje y yo me fui a poner los lentes al baño y tardarme horas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario