miércoles, 27 de marzo de 2019

Cómo terminar con los ataques de pánico

Esto no es un tutorial.
Para mí los ataques de pánico significaron el fondo del estanque. Supongo que llegas ahí cuando te exiges una reestructuración completa.
Creo que cada ser humano a lo largo de su vida se reinventa varias veces.
 La mayor parte de estas crisis no llegan voluntariamente. Hay que descomponerse para armar las piezas en un orden diferente.
Cuando llegaron los ataques de pánico y se establecieron, cada vez mas fuertes, cada vez más intensos, vino con ellos el sentimiento de que nada los curaría.
Soy de las pacientes que llegaron a tomar medicamentos, acupuntura, terapia corporal, en fin, todo lo que tuve a mi alcance. Nada funcionó y por ello dejé de tomar y hacerlo todo. (En ese momento yo no sabía pero era parte de la desestructuracion necesaria.)
Sin embargo, dos acontecimientos me llevaron al lugar donde estoy, en el cual siento que al menos he tendido un puente para mirar el rio (los ataques) desde el otro lado. El primero fue una conversación con mi primo, en la cual me dijo que todo llegaba a su equilibrio. Homoestasis natural.
Esta idea me permitió dejar de poner la cura en manos de otra persona y empezar a tomarla en las mías. No es que no sea necesario tener a gente profesional para que te tome de la mano y te encamine. Solo que dejé de creer que algo de afuera me curaría. Empecé a confiar en mi propio ser.
El segundo acontecimiento fue descubrir el tapping y las técnicas de liberación emocional. Al principio yo estaba renuente. No pensaba que algo tan sencillo me ayudaría. Pero era parte de la traba mental en la que estaba metida. Esta falta de fe es también parte de los ataques de pánico. Es el punto ciego en el espejo que no logras ver.
Sin embargo los ataques continuaban y decidí probar. Lo mejor de la técnica de liberación emocional es que te obliga a no salir del consultorio sin estar bien. Te restaura, al menos durante esa sesion, a tu 100% natural.
Esta oportunidad de no soltar mi sanación a menos que estuviera por completo bien me cambió los circuitos cerebrales. Me di cuenta que en realidad tenía miedo a estar bien porque eso significaría asumirme tal cual soy.
Mi cerebro se recompuso, se rehizo y me dediqué a hacer y probar cosas nuevas. Tenía que aprender de cero. Y las palabras de la técnica me calmaban cada vez. Las repetía y repetía.
Pude ver que tenía un disco grabado en la cabeza que hablaba de miedo y fracaso, sobre todo que me culpaba de todo cuanto había de malo en mí.
Los ataques no desaparecieron del todo. Estoy segura de que pueden regresar. La cuestión es que ya ni me importa. Tengo una frase que resume todo lo que intento decirme día tras día tras día. Al despertar y al dormir. Sin tanto esfuerzo, terapia o medicina.
Esa frase es "soy inocente".
Mis creencias espirituales, tan profundas y complejas y a la vez también tan culpables de mis ataques de pánico, están ahora basadas en esa simple frase. La inocencia. Si tan solo pudiéramos vivirla cada día! Pero esa es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión.

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