viernes, 28 de septiembre de 2018
Poema del 27 de junio del 2011
¿En qué momento
pasé a ser sólo la sombra
el acompañamiento
acallé la voz
dejé que todos
hablaran
callando mi voz
porque era demasiado alta
demasiado aguda
demasiado distinta
para ser oída?
En este momento
donde la fuente
el verbo
la acción
son requeridos.
¿De dónde el valor
si ya no hay espejo,
nadie continúa ahí detrás
y para mí
la fuente se ha callado?
¿De dónde las palabras
de dónde el corazón
para reunir estos pedazos
sin lo que queda detrás?
Olvida el orgullo
sin paciencia
noche y día...
El vacío del hueco
la dendrita calcificada
los recuerdos vueltos presentes
sobre el no sé nada.
Me recompuse
porque me enseñé
a pensar de nuevo
paso a paso
fui mi maestra
y me dije los pasos.
Los repetí sin disciplina
ni siquiera creyendo
que fuera posible el cambio
Una sola queja
un solo desliz
me queda un recuerdo
de la felicidad ajena
que era mía
pero me propuse
que no lo fuera.
Así la vida
en su silencio
te lleva lejos
pasando del principio
hacia la tarde
del lleno
hacia el barranco
del vacío
a la templanza.
No queda nada
cuando eres adulto
no queda nada
mas que reconstruirte.
Acaso la infame escasa felicidad
que llegas a recibir
del juego de las letras
una contra la otra...
pero es vano
y se te escapa todo el tiempo.
Eliges, piensas, sientes
entre cómo eras antes
o como te imaginabas ser.
¿Cómo se lidia con
el paraíso perdido
si no es cargando tu peso
una y otra vez
para la enseñanza del futuro
de los que vienen?
Y así
yo me enseñé
de nueva cuenta a ser
para poder abrir los ojos
cada mañana.
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